Muchas veces habrás dicho o escuchado que los ojos son las ventanas hacia el mundo, sin embargo esto no es así a pesar de lo que parece.

Los ojos son aberturas por las que penetran millones y millones de estímulos, pero la visión se lleva a cabo, un poquito más arriba, concretamente en el cerebro.

De hecho tanta es la información que recibimos que sería imposible asimilarlo todo; por esa razón, nuestro cerebro opta por algo más eficaz, realiza asociaciones entre los estímulos que le llegan y la información que ya tenemos almacenada en nuestra memoria.

VER NO ES PERCIBIR

Todo lo que vemos es el resultado de un proceso físico, pero también de un proceso mental.

La realidad no existe tal y como la percibimos. Es decir, existe un mundo lleno de estímulos y nosotros somos capaces de capturarlos a través de nuestros sentidos y transformarlos en nuestra realidad. A este proceso se le conoce como percepción.

¡CUIDADO, EL CELEBRO MIENTE!

Según la directora del Instituto Barrow, la neurocientífica Susana Martínez Conde dice ¨el cerebro inventa la mayor parte de la realidad¨.

Cada vez que recordamos algo, lo extraemos de esa memoria, de ese almacén, de forma consciente y volvemos a guardar. Cada vez que recordamos cambiamos esa memoria. No es igual la información que extraemos que la que almacenamos de nuevo.

Por ese motivo señala Susana Martínez Conde ¨no somos las personas que creemos y somos las menos indicadas para definirnos¨.

¿SABIAS QUE…..?

La cámara de un móvil tiene mejor resolución que el ojo humano, pero el cerebrorecurre a trucos para lograr una imagen más nítida y detallada aunque menos fiel.

Cuando vemos una obra de arte, nuestro cerebro genera millones de asociaciones. El cerebro está conectado para poder darle sentido a las líneas, colores y patrones de un cuadro.

Así, los artistas han jugado a crear formas para crear ilusiones, como la profundidad y el brillo, que en realidad no están allí, pero hacen que las obras de arte parezcan más reales.